Un centro de día en Madrid puede ser la solución para las personas que, alcanzada cierta edad, necesitan atención especializada. Lo decimos porque puede darse el caso de que padezcan demencia senil. En Mírate al Espejo te explicamos exactamente de qué se trata.
Lo cierto es que no estamos hablando de una enfermedad específica, sino que la demencia senil, es decir, la que está asociada a la edad, hace referencia a un deterioro generalizado de la capacidad mental que interfiere en la vida diaria. Dentro de las demencias, la enfermedad de Alzheimer es la manifestación más habitual representando entre el 60% y el 80% de los casos. Lo cierto es que la demencia engloba un amplio abanico de síntomas. Por ejemplo, de los accidentes cerebrovasculares se puede derivar lo que se conoce como demencia vascular. Aunque los síntomas pueden variar entre los diferentes tipos de demencias, hay algunos que se repiten. Es el caso de la pérdida de memoria, las dificultades para comunicarse o concentrarse o el deterioro de la percepción visual. Normalmente, la demencia senil es algo progresivo. Por eso es tan importante acudir por ejemplo a un centro de día en Madrid donde mantienen a nuestros mayores activos por ejemplo con actividades de estimulación cognitiva y de memoria.
En lo relativo a las causas, el problema se localiza en el deterioro de las células del cerebro. Recuerda que este órgano se divide en varias regiones y que cada una tiene una función diferente. Las hay que se encargan del tema de la memoria, otras del juicio y otras del movimiento. Obviamente, cuando se dañan las células de una región en concreto, esta no puede cumplir con sus funciones con normalidad. Teniendo en cuenta que la zona del hipocampo es el centro del aprendizaje y la memoria, sus células suelen ser las primeras en dañarse. Esto explica que uno de los primeros síntomas del Alzheimer sea la pérdida de memoria.
Aunque como decimos los daños son progresivos, con la atención adecuada las personas pueden ver mejorados algunos aspectos relacionados con la memoria y el razonamiento. Esta atención es la que puede brindar por ejemplo una residencia de Alzheimer. A la hora de diagnosticar la demencia senil no se puede recurrir tan solo a una prueba. Se trata de evaluar también la historia clínica de la persona. No suele ser complicado determinar si una persona padece o no demencia, pero sí lo es concretar de qué tipo se trata. En todo caso, será tarea de los neurólogos especializados en gerontología. A la hora de administrar antibióticos, los expertos nos recuerdan que la demencia avanzada es una enfermedad terminal. Esto quiere decir que en estos casos administrar determinados medicamentos puede no ser lo más recomendable. Dicho de otra forma, un enfermo de Alzheimer o con otro tipo de demencia puede fallecer a consecuencia de una neumonía, pero en realidad la causa subyacente es el daño en las células cerebrales. Por eso, en este tipo de pacientes es básico consultar siempre con un especialista a la hora de recurrir a algún tipo de medicamento ya que puede provocarles complicaciones.
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