Cuando se padece algún tipo de fobia suele ser recomendable acudir a un psicólogo que ayude a enfrentar la situación. En las siguientes líneas hacemos un repaso por las fobias más comunes a las que se suelen encontrar este tipo de profesionales.
Hablamos de trastornos de salud emocional caracterizados por miedos intensos y desproporcionados hacia objetos o hacia situaciones concretas. Una respuesta que se caracteriza por la ansiedad extrema y que no tiene motivo aparente. De hecho, la fobia aparece de manera súbita y rápida. Quien la padece pierde el control y siente una gran angustia. Un psicólogo nos puede ayudar a buscar el motivo del miedo irracional y a tratarlo con la terapia adecuada.
Desde la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés nos recuerdan que las fobias se dividen en dos grandes grupos: específicas (más comunes) y sociales. Según datos del organismo, en España un 3’5% de la población manifiesta síntomas que encajarían con un trastorno de fobia especifica. Son cuadros más frecuentes en mujeres que en hombres. Dentro de las fobias específicas encontramos a su vez cinco subcategorías: tipo animal, tipo ambiental, tipo sangre-inyecciones-daño, tipo situacional y otros tipos. En ocasiones hay personas que desarrollan otras fobias y miedos irracionales como al atragantamiento, el vómito o los disfraces.
Sean sociales o específicas, las fobias interfieren inevitablemente en la rutina diaria de las personas que las padecen. Una de las fobias más comunes es la aerofobia. En este caso, hablamos del miedo a volar en avión. Una fobia que provoca crisis de ansiedad incluso antes de pisar el aeropuerto. Por su parte, la claustrofobia es el miedo a los sitios cerrados. Quien padece esta fobia puede experimentar ansiedad ante la perspectiva de usar un ascensor, entrar en un túnel, en una habitación pequeña o en una puerta giratoria. La agorafobia es lo contrario, es decir, miedo a los espacios abiertos. Se trata de temer a todo lugar donde la persona no se sienta segura o sienta que no puede recibir ayuda en caso de emergencia. La brontofobia hace referencia al miedo a situaciones vinculadas con la naturaleza y los fenómenos atmosféricos como tormentas con rayos o truenos. La enoclofobia es el miedo a las multitudes por temor a que terminen en avalancha. Lo que es la zoofobia te lo puedes imaginar: el miedo a los animales, por indefensos que estos sean. Hay zoofobias específicas como entomofobia (miedo a los insectos), apifobia (miedo a las abejas), aracnofobia (miedo a las arañas) o mirmecofobia (miedo a las hormigas). Por otro lado, el miedo a los reptiles es la herpetofobia y a las serpientes la ofidiofobia. La acrogobia es el miedo a las alturas. Terminamos con la hematofobia, es decir, miedo a ver sangre o heridas o a recibir inyecciones. Suele darse una intensa respuesta vasovagal como por ejemplo un descenso de la presión arterial o desmayos. El peligro de este tipo de fobia es que quien la padece suele evitar el momento de hacerse un análisis de sangre.
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