Lucir unos dientes blancos, radiantes, como dos perlas. Esa parece ser la obsesión de muchos hombres y mujeres hoy en día. Se trata, sin duda, de una ganancia estética considerable que, además, no cuesta demasiado conseguir o mantener. Por eso, desde Mírate Al Espejo nos gustaría acercarte unos cuantos consejos y trucos para conseguirlo.
Actualmente, los tratamientos odontológicos han sufrido grandes avances, sobre todo en el campo de la estética de la sonrisa. Procedimientos tan simples, indoloros y poco invasivos como el blanqueamiento están al alcance de todas las personas. De esta manera podremos conseguir unos dientes con un mejor aspecto y saludables.
Pero aparte de procesos profesionales, existen ciertos cuidados, pautas o trucos que podemos realizar por nuestra propia cuenta y que repercutirán de una forma positiva en nuestra sonrisa.
A la hora de conseguir unos dientes blancos (o mantener su color) es muy importante la alimentación que llevemos y los cuidados posteriores. Así, sería conveniente no abusar, o limitar en la medida de lo posible, de las bebidas con colorantes, ya sean naturales o artificiales. En este grupo nos encontramos por ejemplo los refrescos de cola, el café, el vino tinto o el té. Todos ellos provocan una degradación positiva en el color de nuestras piezas dentales, oscureciéndolos poco a poco.
Cuando hayamos tomado alguna de estas bebidas, es conveniente que nos cepillemos correctamente los dientes para evitar que se produzcan manchas. Si no es posible, trata de masticar chicles sin azúcar, ya que provocarán una mayor producción de saliva que ayudará a limpiar la boca.
Un hábito que puede echar al traste una sonrisa bonita es fumar. La nicotina, el alquitrán y demás componentes oscurecen las piezas dentales rápidamente y de una forma muy notable. Por eso, es conveniente olvidarnos de este hábito. Nuestros dientes y nuestra salud nos lo agradecerán.
Además, no hay que olvidar un hecho tan básico e importante como es un buen cepillado después de cada comida. La limpieza debe cumplir varios factores, como que sea completa, llegando a todos los rincones de la boca. Por eso, nunca debe ser inferior a dos minutos. También será aconsejable utilizar una buena pasta de dientes, que sea eficaz. El cepillo que utilicemos debe ser suave o medio y cambiarlo habitualmente, como máximo cada tres meses.
No podemos olvidarnos tampoco de visitar frecuentemente la consulta de nuestro dentista. Lo habitual es hacerlo una vez al año, aunque es muchísimo más aconsejable cada seis meses. Así, podremos detectar cualquier problema de salud bucodental, llevar a cabo limpiezas que retiren toda la placa y suciedad entre los dientes y blanquear nuestros dientes si lo creyésemos oportuno.
En último lugar, en farmacias y supermercados se encuentran a la venta todo tipo de productos de higiene que prometen resultados blanqueantes, desde pastas de dientes hasta colutorios o bandas. ¿Son efectivas? Lo cierto es que no ofrecerán los resultados de los tratamientos profesionales, pero pueden ser una opción adecuada para al menos mantener nuestro tono actual o para evitar que nuestra sonrisa se vaya oscureciendo.
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